¿Qué es el internet de las cosas y cómo nos afecta?

Hablar de internet de las cosas o de IoT (Internet of Things) es remitirnos a los avances tecnológicos que permiten la intercomunicación inteligente de dispositivos que hacen la vida más fácil y llevadera, ya sea desde sistemas de tráfico inteligente o de hospitales con máquinas y robots que ayudan a la vida.

Lo fundamental que se tiene que saber de este concepto es que se trata de dispositivos con sensores que al detectar cierta información ejecutan una acción, tal como colocar tu huella en el celular para que se encienda.

Smart cities, inteligencia artificial, robótica, interconectividad y data son algunos de los términos que de seguro has escuchado, todos están relacionados en cierta medida con el IoT, por lo que es ideal comenzar por allí y luego entender las dimensiones prácticas.

Smart cities

Las ciudades inteligentes se componen de sistemas tecnológicos que las ayudan a estar adaptadas a la vida moderna, ya sea que cuenten con sistemas de regulación de tráfico según las vías más congestionadas, que tengan sistemas de alcantarillado automáticos de acuerdo con la cantidad de lluvias o que todo su sistema eléctrico sea autorregulable y provenga de sistemas limpios como energía eólica o solar, por ejemplo.

Una ambulancia o un camión de bomberos que se pueda comunicar por señales inalámbricas con los semáforos y las cámaras de tráfico tendrá información de las vías menos congestionadas para llegar más rápido a los hospitales o al lugar de una emergencia. Este tipo de sistemas inteligentes se adapta a todo: edificios, automóviles, sistemas de transporte público, sistema de limpieza o aseo público, restaurantes, centros comerciales, oficinas y mucho más.

Inteligencia artificial

Esta tecnología permite el desarrollo de acciones propias por parte de la tecnología, o lo que es lo mismo, es la forma en que las máquinas pueden desarrollar una inteligencia por sí mismas para llevar a cabo acciones propias. Por ejemplo, piensa en un asistente de voz que te da respuestas nuevas cada vez que le haces alguna pregunta y que adapta lo que dice según tu estado de ánimo.

Cuando se junta esta tecnología con el IoT se obtiene que todos estos datos se obtienen a partir de los sensores, los cuales permiten que las acciones que llevan a cabo los dispositivos puedan ser más eficientes y con autoaprendizaje. Un ejemplo de ello puede ser la robot Sophia, mira una entrevista que le hicieron en un canal español:

Robótica

Pensar en robots con IoT es muchísimo más que un ejemplo como Sophia, se trata más bien de ver a muchos dispositivos que conviven con las personas: aspiradoras automáticas, neveras inteligentes, cafeteras, parlantes y focos de luz digitales todos interconectados según te mueves por la casa o incluso cuando estás llegando y tu celular envía señal de proximidad, cerraduras que funcionan con huellas dactilares e infinidad de ejemplos que muestran que la robótica se presenta de múltiples maneras.

El término robot ya no se resume a una figura mecánica que solo busca parecerse a un humano, sino que pueden ser tan pequeños como los nanobots que incluso ayudan en el área médica cuando ayudan a combatir enfermedades dentro del cuerpo humano o ayudan a reparar órganos[1]; o los xenobots que podrían ayudar a limpiar los microplásticos de los océanos o los desechos radioactivos[2].

Interconectividad

Los dispositivos cada vez más mandan señales entre sí y eso tiene grandes repercusiones en dos áreas: privacidad de datos y beneficios en pro de la vida. Por un lado que tus datos sean compartidos entre dispositivos puede resultar aterrador, ya que un supermercado puede saber la comida que almacenas debido a la información que transmite una nevera inteligente, incluso alguien puede saber las horas en que tu apartamento está vacío según información de las cerraduras electrónicas.

Por otro lado, tener un reloj inteligente o smartwatch que mida constantemente tus pulsaciones puede automáticamente llamar a un servicio de emergencia y enviar la ubicación si detecta que nos está dando un ataque cardiaco o detecta anomalías en nosotros.

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¿Hay que tener miedo del internet de las cosas?

Ya con estos cuatro conceptos es más fácil comprender las aplicaciones directas del IoT, que si bien se refiere a la interconectividad de los dispositivos y a una mejor calidad de vida, el desgranar cada una de sus facetas explica realmente a lo que se refiere este concepto.

Las dificultades más notables que se atraviesan al vivir en un mundo cada vez más tecnológico y dominado por los datos es la exposición de privacidad, que cada vez es menos personal, por ejemplo, los robots de aspiradoras automáticas determinan cuáles espacios tienes libres en tu casa y pueden vender esos datos a empresas de muebles que te hagan llegar promociones y descuentos, por ejemplo, lo que a su vez sería que se conocen las dimensiones de tu casa.

Ejemplos hay miles, otro que es muy común que no se note es el de las pulseras o relojes smart, los cuales muchas personas no se quitan para dormir y los sensores de estos dispositivos aprenden sobre tus patrones de sueño, si eres de sueño liviano, si te despiertas constantemente durante la noche, si te desvelas, etc., por lo que saber cómo impactarte con publicidad antes de dormir o que se sepa cuándo estás durmiendo puede ser algo que al menos deberías considerar.

Claro, estas intermediaciones de datos no siempre llegan a un humano, a veces son solamente interacciones digitales para poder ofrecerte publicidades de acuerdo con tus gustos y en horarios donde tu atención está con menos distracciones.

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Aspectos positivos del IoT

Más allá de algunas precauciones que son lógicas y prácticas de entender, el internet de las cosas tiene aplicaciones muy prácticas en sectores de la medicina (suministro automático e inmediato de medicamentos en pacientes delicados), de la ingeniería (robots que ensamblan automóviles o refrigeradores), de la aeronáutica (radares y sensores que ayudan a cambiar las elevaciones o direcciones de los aviones al detectar otros objetos), incluso como recursos que llegan a espacios donde la humanidad no tiene la capacidad de hacerlo.

Toda la construcción de una sociedad más avanzada y con menos riesgos de muerte o enfermedades pueden verse muy apoyados por el internet de las cosas y lo mejor es que puedes aprender de ello desde ya. La tecnología es un sector que crece cada día y que ahonda en desarrollos constantes que no se detienen, por lo que comenzar en una carrera de este tipo ciertamente te abre las puertas al futuro.

Si piensas en un técnico, una excelente opción sería como Técnico en Administración de Sistemas o si piensas más en un programa más extenso podría ser la Licenciatura en Ingeniería en Ciberseguridad. Ambos programas te dan una excelente introducción al mundo tecnológico visto desde el pensamiento matemático y de programación.

Incluso si ya estás cursando un pregrado, bien podrías complementar con la Maestría en Innovación, un programa que permite mucho la apertura de opciones y que podrías aplicar fácilmente el IoT a nuevos proyectos de múltiples rubros.

 

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[1]Nanobots y medicina. Disponible en https://www.larepublica.net/noticia/nanobots-y-medicina

[2]Conoce a los xenobots: los primeros robots vivos del mundo que se curan a sí mismos y fueron creados a partir de células madre de rana. Disponible en https://cnnespanol.cnn.com/2020/01/14/conoce-a-los-xenobots-los-primeros-robots-vivos-del-mundo-que-se-curan-a-si-mismos-y-fueron-creados-a-partir-de-celulas-madre-de-rana/